¿Cómo internalizar los
valores de respeto, convivencia y sentido de convivencia en los integrantes de
una comunidad?
Cómo lograr una comunidad que aprende a ser inteligente
Carlos M. Ruiz P.
Todos los seres humanos de alguna manera, el vivir en una
comunidad es algo inherente su manera de vivir y sobrevivir en ella. En este sentido,
es de común denominador el presenciar conductas inadecuadas, desacuerdo
conflictos, algo normal, diríamos en
cualquier grupo social, es por eso que siempre hemos insistido en la necesidad
de respetar los valores propios de una sociedad, específicamente: respeto,
convivencia, sentido de pertenencia, Dentro de un condominio, estos valores suelen ser de primordial importancia,
todo ello conlleva una vivencia en paz y armonía, la conservación de las
instalaciones o áreas comunes obteniendo de esta manera una revalorización de
nuestra inversión, entendiéndola desde el punto de vista moral, ético y económico.
En países inflacionario, tal es el caso del nuestro una de
las revalorizaciones más seguras es el sector inmobiliario en vista de que su
valor casi siempre se ajusta por encima de los valores de la inflación, sin
embargo, en nuestro país hemos llegado a un grado tal de deterioro de la
economía que nos ha llevado a una devaluación de la propiedad en divisas. De
todas formas, dicho esto, siempre será el sector inmobiliario un patrimonio
societal a cuidar en grado máximo.
La satisfacción residencial o Sentido de Pertenencia se utiliza como un modelo comprensivo para
intentar desvelar algunos factores que explican la conducta de un individuo
hacia su residencia. Sin embargo, es posible percibir en nuestras comunidades
un grado de deterioro producto de un
sistema multifactorial entre ellos podemos mencionar algunas conductas que
siguen siendo inadecuadas en algunos miembros de la comunidad y que sobresalen
frente al consenso general de buen comportamiento de la mayoría de sus miembros
En Venezuela los condominios están regulados por la Ley de
Propiedad Horizontal del año 1983 que prescribe el comportamiento de los
miembros de esas sociedades. En 30 años es
mucho lo que ha cambiado nuestro país, son muchos los valores cuya
existencia están en entredicho además las nuevas generaciones se han formado al
vaivén de los tiempos que corren que son, pudiéramos llamar, de desbandada. Hemos
visto como en nuestras comunidades hay individuos que optan por el aislamiento
en una forma de vida incongruente con lo que representa una sociedad en una
franca huida de los valores que hemos profesado a lo largo del tiempo. Hay
también los que muestran una conducta trasgresora, afortunadamente son pocos,
pero hacen mucho ruido, son ellos en los que tenemos que centrar nuestra
atención y nuestro poder de persuasión, en eso se basa el proceso de redimensionamiento de estos entes directivos
como son las Juntas de Condominio. Es
común ver como en nuestros condominios se encuentran en situación de franco
deterioro y desorden en la infraestructura, en parte a veces por incompetencia
de quienes tienen a su cargo esa prescripción, a veces por el comportamiento de
los miembros de una comunidad, deviniendo en que hay una polarización entre los
factores que trasgreden y los que adversan este tipo de situaciones. Lo que sí es un factor de certidumbre es que el factor
económico atenta frente a la soluciones de estos fenómenos que llaman la
atención. En el caso específico de nuestra comunidad observamos la pugna entre los que quieren
enrumbarse por la conservación y el respeto al orden establecido y quienes de
alguna forma adversan este comportamiento. Ese es el discurrir de la vida en comunidad
dos sectores en una “guerra no declarada” que atentan frente a la armonía que
debe probar en una sociedad. Basta con ver casos como los de las mascotas, la disposición de la basura, el
uso de los bienes comunes como los ascensores, entre otros. En este sentido los
organismos electos para cuidar de la conducta comunitaria que son las Juntas de
Condominio se ven en el arduo trabajo de luchar en “esa dos aguas” y de alguna
forma luchan para la implantación de conductas adecuadas de los miembros del colectivo.
Siempre hemos sido creyentes de que la persuasión, el diálogo el consenso son
herramientas importantes a la hora de acercar las partes en conflicto.
¿Las nuevas tecnologías
de comunicación….Un arma de doble filo?
Si algo ha signado el devenir de los tiempos que corren en
los que nos toca vivir sobre en una comunidad como la nuestra es el uso de las
tecnologías de la información y comunicación; hoy en día es necesario tener un
dispositivo que nos permita estar informados en ese sentido si algo ha signado
estos últimos tiempos de nuestra comunidad es justamente la información, esa
conducta ha hecho de la nuestra que sea justamente la información, nuestro chat de
whatsapp representa un medio eficaz para comunicarnos y mantenernos informados,
todo ello contribuyendo a la conformación de nuevos valores comunitarios. Es
normal como una gran cantidad de integrantes están pendientes de ese medio para
tomar partido frente a situaciones cotidianas, pero a la vez estos medios
suelen ser un arma de doble filo debido a que es normal y corriente que se
creen situaciones de diatriba entre el grupo contribuyendo de esta manera al
enrarecimiento del clima comunicacional contribuyendo en parte a situaciones
tensas que no es lo que se busca con este tipo de actividades, como se puede
deducir a veces el efecto pudiera ser contraproducente.
En una
comunidad como la nuestra el uso de las redes ha sido de gran utilidad
contribuyendo a la creación de unos de os valores más relevantes en una
sociedad como lo es el sentido de pertenencia, es común observar como los
miembros de un grupo como el nuestro establecen un diálogo sobre determinado
tema creando de esta manera toda una matriz de opinión en torno a un problema,
se proponen soluciones, pero a veces hay controversias, disensos y diatribas,
pero siempre se termina en soluciones. El sentido de pertenencia tiende a
arraigarse en comunidades como la nuestra. Sin embargo es un valor que llega si
se quiere a “cuenta gotas” es un valor que no llega por decir lo menos, de zopetón,
es una conducta que se va construyendo
Profundicemos sobre Valor Sentido de Pertenencia
Socorro
(2010) en su artículo sentido de pertenencia hacia una empresa: ¿Un valor contradictorio?, señala: …
que todo cuanto existe en la empresa le pertenece a todos y por lo tanto deben los
empleados sentirse dueños, propietarios y hasta accionistas de la firma donde
prestan sus servicios. Esto se hace por una sencilla razón: si los
colaboradores
sienten a la empresa como suya procurarán lo mejor
para ella pues difícilmente se
“muerde a la
mano que nos da de comer. El sentido de pertenencia fortalece el sentimiento de
que todos somos uno, que es como decir que (…) todos nos pertenecemos mutuamente
y por tanto debemos (…) socorrernos mutuamente”;
esto último aplica cuando se refiere a la sociedad o comunidad como es el caso
del condominio.
El propósito del
fomento de este valor en una comunidad no es más que dar a comprender que
cuando sentimos algo realmente propio, se defiende y se cuida con la vida de
ser necesario, puede equipararse con el milagro de la concepción, a unos padres
responsables y vientre materno se está
gestando un hijo para cuidarlo, defenderlo y amarlo aunque falten todavía nueve
meses para verlo, tocarlo y compartir sus noches de llanto. En tal sentido
arraigo y sentido de pertenencia significa “arraigo” a algo que se considera
importante, como las personas, cosas, grupos, organizaciones o instituciones,
que contribuye a alejar o atenuar la soledad, que hoy afecta a los grandes
conglomerados humanos, promoviendo insensibilidad, egoísmo, desconfianza, y un
sentimiento progresivo de inseguridad y … desamparo.
Una de las
motivaciones que más mueve el ser humanos es sentir que pertenece a algo, que
es aceptado y forma parte de un todo, sea familiar o social. Si no tenemos
arraigo, por sentir que no pertenecemos a nada ni a ninguna parte, todo se hace
ajeno y, progresivamente, se pierde el interés en lo que no nos afecta directamente;
y eso es contrario al sentimiento cristiano del amor y la caridad que debemos a
nuestros semejantes, cual reflejó Jesús en su admonición: “Ama a tu prójimo
como a ti mismo”. En una comunidad como la nuestra este es un valor que muchos
tratamos de mantener vivo, sin embargo, notamos la pérdida de interés en los asuntos
que nos conciernen pareciera ser de uso exclusivo de un pequeño grupo de
propietarios que se preocupan por el quehacer cotidiano de un conglomerado como
el nuestro, es cada vez más notorio el aletargamiento, desinterés por estos
valores que muchos de nuestros congéneres se limitan a cumplir con sus
obligaciones condominiales a cambio de que les dejen vivir su aislamiento. Este fenómeno es cada vez más creciente en urbanizaciones como
la nuestra en donde la crisis económica genera un antivalor como lo es la
desesperanza que mina cualquier oportunidad de que un colectivo crezca y
progrese.
Es por eso que una
de las labores más importante que debe pautarse una Junta de Condominio o un
grupo de vecinos preocupados por el acontecer es el de fomentar el sentido de
pertenencia que hace sentir identificación en un hábitat, en los espacios físicos
habitables, es así como se proponen pintar las paredes, cortar la grama,
colocar la basura en su lugar y mantener orden y limpieza en los condominios
comenzando por el apartamento de cada uno; simplemente para estar más cómodos y
agradados, para disfrutar de la belleza sencilla de lo limpio, lo ordenado o lo
bonito. Situaciones como la que describimos ya la hemos vivido en nuestro
edificio aunque no con la frecuencia con que se debería pero no deja de ser una
interesante experiencia de vida de la cual debemos continuar y cada vez más
vecinos se incorporen a tales actividades.
Valor Convivencia
Nos
parece conveniente iniciar con una definición; se designa con el término de convivencia a
la vida en común que alguien lleva ya sea con una o varias personas.
Prácticamente desde el nacimiento los seres humanos
están destinados a la convivencia, ¿Cómo internalizar los valores de
respeto, convivencia y sentido de pertenencia en los residentes de un
condominio? primero con sus padres, hermanos, luego, con el correr de los
años en la etapa de la madurez, habiendo hallado a la persona con la cual
quieran compartir sus vida y proyectos personales, con sus parejas. También,
aunque no se compartan proyectos personales, de alguna manera, con los amigos y
con los compañeros de trabajo se tiene otra especie de convivencia, ya que al igual que cuando se
comparte una misma casa, en el trabajo,
durante muchas horas se comparte el mismo espacio físico, entonces, al
igual que en casa se deberán hacer
concesiones, surgen disputas por las diferencias y consensos tras las discusiones,
entre otras situaciones.
La
convivencia es un valor que se fortalece en la solidaridad y la comprensión de
las necesidades del otro con quien se comparte, ser solidario obedece a
olvidarse un poco de uno mismos para identificar que necesita ese ser que se
tiene cerca y en justa medida qué se está dispuesto a ofrecer para hacer su
vida más llevadera. La solidaridad como otro
criterio que facilitaría ampliamente la convivencia. Responder con una simple
sonrisa un saludo en el ascensor, es bastante más que una norma de cortesía, es
brindar el sonido de la armonía que ofrece acompañar una respuesta de “Buenos Días”
con una sonrisa y ello puede contagiar a los vecinos. Se busca ser un sonido o
una onda sonora que motive una mejor convivencia entre todos los que conforman un
vecindario. Indiscutiblemente los valores se modelan, se imitan como la risa,
si tan solo un pequeño grupo se propone mejorar la convivencia pronto se verán
los cambios en un mejor trato, una disposición a compartir, un gesto de
agradecimiento sincero a quienes aportan su trabajo y dedicación para que se
viva mejor; así ese equipo que se ha dado a la tarea de mover el cambio; se
convierte en modelo de valores en la convivencia diaria en un condominio.
Los aliados que
acompañan incondicionalmente la convivencia son valores como la
paz y la armonía, es decir se busca construir un
modelo de convivencia pacífica y armó-
nica, para ello resulta necesario echar mano de la
comunicación como herramienta básica de la interacción humana, la mayoría de
las comunidades padecen por no estar informa-
das oportuna y suficientemente de los acontecimientos
normales que se suscitan en la
comunidad. Igualmente el trabajo en equipo, aunque
nadie tiene tiempo de sobra para dedicarle a un condominio y además es un
trabajo no remunerado y mal reconocido. Sin embargo, se puede generar en los
vecinos el compromiso de aportar algo, por pequeño que sea. El funcionamiento
habitual de un condominio se hace más ligero, cómodo, rápido y efectivo si las
labores tienen un responsable o delegado y se crean equipos para entre todos
atender las necesidades comunes; solo de esta manera el trabajo se divide en
actividades sencillas que no exigen mayor dedicación y pueden ser asumidas por
todos con poca inversión de tiempo. Estos elementos, comunicación y trabajo en equipo,
contribuyen a fomentar relaciones armónicas. La veracidad y periodicidad de la
información que se comparte con los vecinos en
cuanto a las tareas y actividades realiza-
das, dan transparencia y promueven la participación
para la toma de decisiones y esto
contribuye enormemente a fortalecer la paz en toda
interacción.
Valor Respeto
El tercer pilar es
el respeto. Definir respeto envuelve un sin número de otros valores como
humildad, aceptación, tolerancia, consideración por los demás, se relaciona con
los derechos más fundamentales, lo que en derecho se le llama garantía, el
derecho a
la vida, que lleva a ocuparse de respetar la integridad
física de las personas y velar por
la seguridad de la comunidad o los derechos humanos
relacionados con la dignidad de
cada uno que se debe respetar. Considerar que el
respeto ayuda a cultivar relaciones só-
lidas, y comienza al considerar valiosos a los demás.
Un autor al escribir sobre las
relaciones personales dijo: “No puedes hacer
que el otro se sienta importante en tu
presencia si
secretamente piensas que es un don nadie”. Asimismo
señala , “La
clave del
respeto es que debes mostrárselo a los demás, incluso antes de que hayan hecho
algo para
merecerlo, sencillamente porque son seres humanos.” De esa misma manera
se gana el respeto de los demás, así se fija un excelente
cimiento para las relaciones que se fortalece al compartir las experiencias y
cotidianidad se fortalece.
El respeto involucra
valorar lo que cada uno puede aportar a la convivencia, tiene que ver con
cumplir cabalmente las normas que en la comunidad se han establecido, con fijar
límites sanos que permitan a todos su personal desenvolvimiento. Se debe
entender que no porque a alguien le gusta dormir tarde y tiene un horario cómodo
para trabajar al día siguiente, puede escuchar música a cualquier volumen sin
pensar en que el vecino debe levantarse muy temprano para sus labores
habituales, se le debe respeto. También se le debe respeto a los vecinos que no
tienen por qué enterarse de las dificultades o malos tratos y peleas que
comparte una pareja, así como a todo el que espera el
ascensor sin demora mientras alguien lo retiene
esperando que le entreguen algo para salir. Respeto y consideración son debidas
a todos y en especial a los trabajadores que son contratados para realizar los
servicios necesarios para una convivencia armónica y pacífica, como son las
labores de mantenimiento y limpieza, nada agradables por cierto, o las labores
de vigilancia, que por su duración y responsabilidad resultan fatigantes; y
también las labores administrativas como la cobranza, que se hace tan
antipática y difícil; quienes trabajan para el funcionamiento de una comunidad
merecen.
Si
tan sólo se observaran las normas establecidas en una comunidad se llegaría a
un estadio en el cual todos podríamos convivir de una forma sana y eficaz, Una
vez leí sobre un concepto que desde el principio creo curiosidad y admiración
el término era: Comunidades Inteligentes , Comunidades que aprenden. Y es un
gran principio Ojalá y nuestra comunidad marchara hacia allá , que logremos
aprender a ser inteligentes.